Llamamos incontinencia a la pérdida repetida e involuntaria de orina y/o materia fecal a lo largo del día. La mayoría de personas que sufren incontinencia, no acuden al médico por vergüenza o por desconocimiento de los tratamientos actuales.
Es más frecuente en mujeres deportistas, durante el embarazo y el posparto, tras la menopausia y en los ancianos.
Hay varios tipos de incontinencia. Las causas son también varias: pérdida de fuerza de la musculatura del suelo pélvico o de los esfínteres; las intervenciones quirúrgicas; partos múltiples ó difíciles; cambios hormonales; algunas enfermedades neurológicas y/ o degenerativas; patologías de los aparatos urinarios y digestivos. El tratamiento dependerá del tipo de incontinencia y de la causa.
El papel de la fisioterapia es tan importante como desconocido. Con una buena reeducación podemos evitar una intervención quirúrgica además de una vida dependiente de los "pañales" y de la localización del baño más cercano.
Este tratamiento tiene tres fases. Comenzaremos elaborando la historia clínica y realizando el examen físico del paciente para determinar el tipo y la gravedad de incontinencia.
- Procederemos en primer lugar a ayudar a la persona a tomar conciencia de esa musculatura a menudo desconocida. Para ello realizaremos una serie de ejercicios y nos ayudaremos del Biofeedback, un aparato que, conectado a un ordenador, ayuda al paciente a utilizar de forma correcta la musculatura que nos interesa, simplificando una tarea, que en ocasiones es imposible sin esta ayuda tecnológica.
- En segundo lugar, iniciamos el fortalecimiento de la musculatura y la estabilización de la vejiga cuando sea necesario. Utilizamos técnicas de reforzamiento manual, electroestimulación y ejercicios.
- Por último, ayudamos a controlar y mejorar los hábitos de vida que influyen en la incontinencia.
El éxito del tratamiento en la mayoría de los casos supera el 90%. Los únicos casos que no son susceptibles de reeducación fisioterápica son aquellos en los que la causa de la incontinencia es una enfermedad neurológica o una alteración orgánica grave. Para el resto siempre obtendremos una mejoría del problema, no importa el tiempo que la persona lleve con las pérdidas, ya que un músculo siempre está preparado para aumentar su fuerza y mejorar su función. Así que, ánimo, no te rindas y recupérate.
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