lunes, 28 de junio de 2010

Qué es la estenosis de la uretra

Como fuera comentado en otras notas, la uretra es la porción inferior y final y de las vías urinarias, por lo cual es la estructura urológica responsable de evacuar la orina hacia el exterior. Pero a esta función que es común a ambos sexos, se le suma en el hombre la de eyacular el semen, por lo que también participa de la función genital masculina.

Funcionamiento normal de la uretra

En el proceso de orinar, la vejiga (reservorio natural de orina) vacía su contenido hacia el exterior mediante el pasaje del fluido urinario por una estructura tubular, la uretra. La uretra en su trayecto se designa con diversos nombres de acuerdo con las estructuras que atraviesa. Así, en el hombre, al pasar en contacto con la próstata toma el nombre de uretra prostática, luego se la denomina uretra membranosa, uretra bulbar y uretra peniana. Esta última porción se ubica en el interior del pene y su contenido se evacua hacia el exterior por el orificio llamado meato.

Alteraciones de la uretra

En ocasiones, este órgano hueco puede sufrir estrechamientos (estricturas o estenosis), es decir, factores o afecciones que llevan a que su calibre disminuya con la consiguiente dificultad para el pasaje de la orina. Por su mayor longitud, la uretra de los hombres está más predispuesta a sufrir estenosis que la de las mujeres.

Las causas básicas de estenosis de la uretra son los procesos inflamatorios, las infecciones o las lesiones a ese nivel.

Del relato breve de la anatomía de la uretra surge claramente que las estenosis pueden producirse en cualquier sitio o nivel de su trayecto, desde el nacimiento en la vejiga hasta la desembocadura final a nivel del pene o del periné femenino.

En el caso de las estenosis producidas en la uretra posterior (prostática y membranosa), además del agrandamiento prostático, entre las causas más comunes se incluyen las lesiones asociadas a traumatismos de la zona pelviana ósea

En el caso de la uretra anterior, las causas más probables son las lesiones producidas por la introducción de un catéter (sonda urinaria) o traumatismos directos del pene.

Otras causas muy comunes de estenosis de la uretra, que pueden afectar cualquiera de sus sectores son:
gonorrea (infección de transmisión sexual)
secuelas de cirugía prostática
efectos secundarios de la remoción de cálculos renales
procedimientos diagnósticos o quirúrgicos de cualquier tipo
secuelas de procedimientos de reconstrucciones de malformaciones congénitas, en niños.

Como puede observarse, los orígenes de una estenosis de la uretra pueden ser múltiples. Por este motivo, se analizarán en próximas notas las alternativas de diagnóstico y de tratamiento en cada caso en particular.

Diagnóstico, tratamiento y prevención de la estrechez uretral


La estenosis o cierre de la luz de la uretra tiene como consecuencia obvia la reducción o el bloqueo total del paso de la orina hacia el exterior, acompañados por algunas otras manifestaciones tales como:

Lentificación del flujo de la orina
Dolor al orinar
Disminución del volumen de orina total emitido a lo largo del día
Salida de orina en forma de rocío o espray
Eliminación de sangre por la orina
Dolor abdominal

Por supuesto, no todos los casos presentan estos síntomas ni todos estos síntomas son una manifestación segura de estrechez uretral. El especialista reúne estos datos con otros provenientes de los estudios que solicita.

Dos de los diagnósticos que deben ser considerados son los de las infecciones urinarias o inflamaciones de la próstata o el epidídimo (prostatitis o epididimitis). Como sucede con otro tipo de obstrucciones, si éstas se mantienen a lo largo del tiempo pueden llevar a un compromiso de los riñones. Para descartar estos procesos se solicitan análisis de orina completa y urocultivos.

Otros procedimientos que constituyen parte de los recursos diagnósticos con los que cuenta el urólogo incluyen:
ecografía de la vía urinaria
uretroscopia (visión del interior de la uretra mediante un dispositivo especial)
urograma (estudio radiológico que emplea líquido de contraste para visualizar la uretra)

Estos estudios pueden no ser excluyentes y sumarse a otros para confirmar la estenosis, su gravedad y su localización. Todos ellos van a permitir el tratamiento del problema.


Tratamiento de la estenosis de la uretra

Las opciones de tratamiento son múltiples, dependiendo de la localización y la extensión del segmento de uretra que se encuentra obstruido.

De este modo, el especialista puede considerar una dilatación, un corte de la zona estenosada o cerrada, o la extracción quirúrgica del segmento de uretra comprometido, reconectando luego el trayecto de la vía urinaria.

La dilatación se efectúa mediante el uso de sondas de calibre progresivo que se introducen dentro del orificio externo de la uretra. Este procedimiento en ocasiones debe ser realizado de manera reiterada.

En el caso del corte de la estenosis, éste se puede realizar por medio de terapia láser o con bisturí especial introducido dentro de la uretra a través de un dispositivo delgado denominado cistoscopio. Muchas veces es conveniente dejar colocado luego un catéter o sonda para evitar que la uretra se cierre rápidamente. Otras veces se coloca un dispositivo denominado stent, con cierta similitud con los usados para estenosis arteriales (por ejemplo, stents coronarios). El procedimiento se conoce como uretrotomía.

Para evitar las estenosis uretrales

Lo más importante es prevenir las lesiones de la uretra, que son las que pueden dejar secuelas cicatrizales que luego cerrarán su luz. Por ello, es importante tomar las precauciones que corresponden en caso de ser necesario la colocación, aunque sea transitoria, de un catéter o sonda urinaria.

Otro aspecto importante a considerar es la prevención de las infecciones por transmisión sexual, como la gonorrea y las infecciones por otro agente: la Chlamydia.

Si tiene síntomas como los que señalamos, que pueden corresponder a una estenosis uretral, no dude en consultar con un especialista.

martes, 8 de junio de 2010

RECUPERACIÓN POSTPARTO


Después del nacimiento del bebé es conveniente realizar una revisión del suelo pélvico para evaluar en qué condiciones ha quedado esta zona.


El proceso natural de recuperación tras el parto dura entre seis meses y un año. Si el parto ha sido normal y sin grandes traumas, las pequeñas secuelas (incontinencia urinaria temporal) van a remitir progresivamente. En el caso de un parto más traumático – con episiotomía, cesárea o desgarro- el tiempo de recuperación será mayor y requerirá algo de ayuda.

En cualquiera de los dos casos, la Fisioterapia de Suelo Pélvico logra que el proceso de recuperación sea más rápido; individualizando el tratamiento en función de las características de cada paciente y desarrollando tecnologías innovadoras y totalmente inocuas.

La Fisioterapia en el postparto tiene tres grandes objetivos: recuperar los tejidos del abdomen; recuperar el tono que los músculos del suelo pélvico perdieron al dilatarse para que saliera el bebé; y trabajar con las cicatrices si extisten.

Técnicas del tratamiento:

Trabajo abdominal y suelo pélvico a través de la Gimnasia Abdominal Hipopresiva (GAH). Se trata de una técnica innovadora, fruto del constante desarrollo de la fisioterapia, para tonificar la musculatura sin perjudicar a otros tejidos. Está basada en una serie de ejercicios específicos y que requieren un tiempo dilatado de entrenamiento. El objetivo es tonificar las abdominales, el suelo pélvico y facilitar que los órganos (útero, recto y vejiga) vuelvan a su ser.

Otra técnica de tonificación de la musculatura abdominal y del suelo pélvico es el BioFeedBack (BFK) o retroalimentación biológica. A través de la información que la paciente recibe en una pantalla podrá conocer el grado real de funcionamiento de su musculatura. De esta manera los otros sentidos se ponen al servicio de la tonificación muscular; la memoria sensorial recoge el esfuerzo real y toma conciencia de la propia musculatura hasta que la sensación de esfuerzo y el esfuerzo real sean iguales.

La última técnica de trabajo abdominal y suelo pélvico es la Electroestimulación (EEF), en la que el profesional determina la frecuencia e intensidad de la estimulación en función de las características individuales de cada paciente.

En cuanto al tratamiento de las cicatrices (por episiotomía o cesárea) se pueden realizar técnicas manuales complementadas con la Diatermia de Alta Frecuencia. El tejido que se forma en una cicatriz no tiene la misma capacidad de contracción y relajación de un músculo, ni transmite las tensiones y presiones como un tejido sano. Puede crear expansiones del tejido cicatricial hacia otros planos de tejido provocando adherencias que impiden el buen funcionamiento de los órganos inferiores. Se trata de un tejido extremadamente sensible al dolor, que se ha formado anárquicamente; y para recuperar su función hay que normalizarlo a través del trabajo manual del fisioterapeuta, y con la Diatermia de Alta Frecuencia

INCONTINENCIA ANAL


• ¿Tiene usted escapes de gases?


• ¿Tiene usted escapes de heces?

Si se siente identificada con estas situaciones y su respuesta es positiva, es posible que presente Incontinencia Anal, es decir, pérdida involuntaria de materias rectales líquidas, sólidas o gaseosas.

La Incontinencia Anal se produce cuando la musculatura del suelo pélvico se ha debilitado. Al no ser suficientemente fuerte, cuando aumenta la presión intrabdominal no puede afrontarlo y cerrarse, así que permite el escape del contenido rectal, ya sea líquido, sólido o gaseoso. Cada paciente tiene un tipo de incontinencia anal diferente en función del grado de debilitamiento de los músculos del suelo pélvico; y que a su vez depende de las causas que lo hayan originado.

CAUSAS

Puede haberse producido después de algún trauma en el que se hayan sufrido lesiones accidentales, como las fracturas de pelvis con gran desplazamiento, lesiones obstétricas (episiotomías muy grandes, desgarros en el parto), lesiones quirúrgicas (algunos casos de cirugía de hemorroides en las que se ha seccionado el esfínter).

Otras veces la incontinencia anal es progresiva, como también lo es el debilitamiento de los músculos pélvicos, como cuando se sufre estreñimiento crónico, exceso de trabajo en esa musculatura, tos crónica o el propio envejecimiento.

Por último, la incontinencia anal puede producirse por causas neurológicas, como consecuencia de una denervación, central o periférica, degenerativa o traumática (como las que resultan de partos muy traumáticos en los que el nervio pudendo queda muy afectado.

CÓMO PUEDE AYUDAR LA FISIOTERAPIA

Cuando una paciente se enfrenta a la Incontinencia Anal, el primer punto, y más importante de su tratamiento consiste en Tonificar la Musculatura que está debilitada a través de la fisioterapia, que desarrolla dos técnicas específicas para lograr este objetivo: el Biofeedback y la Electroestimulación.

El BioFeedBack (BFK) o retroalimentación biológica. A través de la información que la paciente recibe en una pantalla podrá conocer el grado real de funcionamiento de su musculatura. De esta manera los otros sentidos se ponen al servicio de la tonificación muscular; la memoria sensorial recoge el esfuerzo real y toma conciencia de la propia musculatura hasta que la sensación de esfuerzo y el esfuerzo real sean iguales.

La segunda técnica de trabajo abdominal y suelo pélvico es la Electroestimulación (EEF), en la que el profesional determina la frecuencia e intensidad de la estimulación en función de las características individuales de cada paciente.

Además de estas dos técnicas, el tratamiento se completa con un Trabajo Manual de Tonificación Muscular, y con la Reeducación de la Dinámica Defecatoria, en la que el fisioterapeuta enseñará a coordinar todos los músculos que están implicados en la evacuación: el diafragma torácico (reeducación de la respiración); músculos abdominales inferiores (transversos del abdomen) y músculos del suelo pélvico; para evitar nuevas lesiones en el esfínter.