Cuando hablamos de suelo pélvico nos referimos al conjunto de estructuras (músculos, fascias, ligamentos, vasos y nervios) que recubren y cierran a modo de embudo la abertura existente en la parte inferior de la pelvis ósea.
Sostienen la vejiga, los órganos genitales y la parte final del tubo digestivo (recto y ano).
La lesión de uno o más componentes del suelo pélvico puede dar lugar a diversos síntomas: incontinencia urinaria, incontinencia fecal, prolapso de los órganos pélvicos (genéricamente, aparición de un bulto a través de la vagina), dolor pélvico crónico o disfunciones sexuales. Estos síntomas pueden presentarse aislados o asociados.
No se trata de patologías graves, en el sentido en que normalmente entendemos una enfermedad como grave. Sin embargo, las consecuencias sí pueden ser graves, sobre todo en la esfera social y psicoafectiva.
Pongamos un ejemplo: una mujer sufre pérdidas de orina cada vez que estornuda, tose o cuando tiene que apresurarse para cruzar un paso de peatones. Lleva una compresa para protegerse, pero en ocasiones no ha sido suficiente y ha mojado la ropa. Esta mujer probablemente va a restringir sus salidas por miedo a encontrarse en una situación embarazosa, al temor a que se note el olor... Cuando salga, tenderá a utilizar ropa ancha y oscura para disimular mejor las fugas, etcétera. Todo ello tiene consecuencias en su autoestima que pueden calificarse como graves.
Ante cualquier síntoma de los anteriormente descritos que tenga un efecto negativo sobre su calidad de vida, una mujer debe acudir a un profesional sanitario, ya sea el médico de familia, un fisioterapeuta, el ginecólogo o el urólogo.
Estamos preparados para atenderla, ofrecerle un diagnóstico y proponerle un tratamiento que alivie su problema.
Hay que destacar que las patologías del suelo pélvico son muy frecuentes. Diversos estudios han constatado que un notable porcentaje de mujeres sufre pérdidas de orina en diversos grados de severidad. Sin embargo, tan sólo entre el 15% y el 40% de las mujeres con incontinencia urinaria comenta el problema con un profesional sanitario.
Se trata, por tanto, de patologías ocultas, a veces por la creencia de que no tienen un tratamiento eficaz o porque se asumen como un coste asociado a la edad y a los partos.
Por fortuna, esto está cambiando: cada vez más, los profesionales estamos mejor preparados, se lleva a cabo más investigación científica de calidad sobre estos trastornos, los tratamientos son más eficaces y además las mujeres se resignan menos y exponen su problema buscando una solución.
El empuje de la mujer –verdadera protagonista del cambio en busca de una calidad de vida mejor–, junto con los avances médicos que se han producido en los últimos años y se siguen produciendo, permite augurar un futuro mejor para aquellas afectadas que hasta ahora han venido sufriendo en silencio.
LA INCONTINENCIA URINARIA TIENE SOLUCIÓN!!!
Consulte:
Lic. Daniela Gualtieri
Especialista en Rehabilitación del Suelo Pelvico
Tel. 351-155576033
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