martes, 8 de junio de 2010

INCONTINENCIA ANAL


• ¿Tiene usted escapes de gases?


• ¿Tiene usted escapes de heces?

Si se siente identificada con estas situaciones y su respuesta es positiva, es posible que presente Incontinencia Anal, es decir, pérdida involuntaria de materias rectales líquidas, sólidas o gaseosas.

La Incontinencia Anal se produce cuando la musculatura del suelo pélvico se ha debilitado. Al no ser suficientemente fuerte, cuando aumenta la presión intrabdominal no puede afrontarlo y cerrarse, así que permite el escape del contenido rectal, ya sea líquido, sólido o gaseoso. Cada paciente tiene un tipo de incontinencia anal diferente en función del grado de debilitamiento de los músculos del suelo pélvico; y que a su vez depende de las causas que lo hayan originado.

CAUSAS

Puede haberse producido después de algún trauma en el que se hayan sufrido lesiones accidentales, como las fracturas de pelvis con gran desplazamiento, lesiones obstétricas (episiotomías muy grandes, desgarros en el parto), lesiones quirúrgicas (algunos casos de cirugía de hemorroides en las que se ha seccionado el esfínter).

Otras veces la incontinencia anal es progresiva, como también lo es el debilitamiento de los músculos pélvicos, como cuando se sufre estreñimiento crónico, exceso de trabajo en esa musculatura, tos crónica o el propio envejecimiento.

Por último, la incontinencia anal puede producirse por causas neurológicas, como consecuencia de una denervación, central o periférica, degenerativa o traumática (como las que resultan de partos muy traumáticos en los que el nervio pudendo queda muy afectado.

CÓMO PUEDE AYUDAR LA FISIOTERAPIA

Cuando una paciente se enfrenta a la Incontinencia Anal, el primer punto, y más importante de su tratamiento consiste en Tonificar la Musculatura que está debilitada a través de la fisioterapia, que desarrolla dos técnicas específicas para lograr este objetivo: el Biofeedback y la Electroestimulación.

El BioFeedBack (BFK) o retroalimentación biológica. A través de la información que la paciente recibe en una pantalla podrá conocer el grado real de funcionamiento de su musculatura. De esta manera los otros sentidos se ponen al servicio de la tonificación muscular; la memoria sensorial recoge el esfuerzo real y toma conciencia de la propia musculatura hasta que la sensación de esfuerzo y el esfuerzo real sean iguales.

La segunda técnica de trabajo abdominal y suelo pélvico es la Electroestimulación (EEF), en la que el profesional determina la frecuencia e intensidad de la estimulación en función de las características individuales de cada paciente.

Además de estas dos técnicas, el tratamiento se completa con un Trabajo Manual de Tonificación Muscular, y con la Reeducación de la Dinámica Defecatoria, en la que el fisioterapeuta enseñará a coordinar todos los músculos que están implicados en la evacuación: el diafragma torácico (reeducación de la respiración); músculos abdominales inferiores (transversos del abdomen) y músculos del suelo pélvico; para evitar nuevas lesiones en el esfínter.

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