Los abdominales hipopresivos e isométricos son clave para la gimnasia postparto
Adriana Lima, Doutzen Kroes, Miranda Kerr, Karolina Kurkova o Gisele Bündchen. El equipo de ‘Ángeles’ de Victoria’s Secret guarda más cosas en común que una cara preciosa y unas piernas de infarto: la gran mayoría acaban de estrenar maternidad recientemente (la más veterana, la brasileña Alessandra Ambrosio, que dio a luz a su pequeña Anja en agosto de 2008), aunque ello no ha inferido en lo mas mínimo en su carrera como modelos. Es más: la espectacular recuperación posparto de algunas de ellas ha dado tanto que hablar, que muchas nuevas mamás se preguntan cómo es posible lucir un cuerpo 10 cuando apenas han pasado unas pocas semanas después de dar a luz.
La respuesta, además de unos portentosos genes y una estricta tabla de ejercicios y alimentación controlada, está en el tiempo, la constancia, y, sobre todo, en no obsesionarse con la pérdida de peso: el desgaste que sufre nuestro cuerpo durante el embarazo y el parto suele traducirse en un aumento de volumen (el organismo almacena reservas con mayor facilidad durante este periodo), flacidez en los tejidos del pecho y la cadera, y, sobre todo, grandes cambios en la musculatura abdominal y pélvica.
El secreto de estas tops de infarto para lucir espectaculares en bikini pocos meses después del alumbramiento: trabajar los abdominales hipopresivos e isométricos, uno de los reclamos más novedosos entre las nuevas mamás a la hora de dejar de lado por unas horas los pañales y biberones, y ponerse manos a la obra, ya sea en el gimnasio o en el suelo de casa.
Y es que los abdominales hipopresivos son una parte fundamental de la gimnasia postparto: con ellos se ejercita el abdominal transverso, una profunda franja de músculos que recubre las vísceras, elevando el ombligo desde el diafragma con un tipo de respiración especial. Las contracciones, que se realizan de forma estática, ayudan a poner los órganos internos ‘en su sitio’, y sirven tanto para reducir cintura, como para mejorar la postura, reforzar el suelo pélvico y evitar problemas de incontinencia urinaria. Eso sí, no deben realizarse hasta al menos tres meses después del parto, cuando el útero ha vuelto a su tamaño habitual.
Los abdominales isométricos, por su parte, se realizan mediante la contracción de los músculos desde una postura determinada, que suele ser boca abajo y apoyando el peso del cuerpo en los codos y antebrazos. Pese a la sencillez aparente de este ejercicio (es difícil aguantar más de un minuto en esta postura sin descansar), se trata en realidad de un tipo de gimnasia de gran intensidad abdominal, por lo que es equivalente a hacer cientos de las repeticiones tradicionales.
Consejos extra: aunque sea la primera reacción de muchas mujeres, en este periodo es mejor olvidarse de las dietas estrictas (necesitaras toda la energía del mundo para encargarte de tu bebé), y centrarse en la práctica de ejercicio. Mantén tu ingesta calórica habitual, bebe mucha agua, y no comiences a ‘machacarte’ antes de las recomendaciones de tu médico.
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