Desde hace tiempo se sospecha que el ejercicio físico es saludable para las persona que han recibido un tratamiento oncológico. Algunas investigaciones previas han visto que los pacientes con cáncer que han terminado su fase de tratamiento y quieren retomar sus actividades diarias descubren, a menudo, que sufren de fatiga, una disminución de su actividad física y una reducción en su calidad de vida. Sin embargo, los estudios han encontrado que hay muchos factores relacionados con la salud, incluyendo la calidad de vida, que se pueden mejorar a través de la actividad física.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Hong Kong (China) ha analizado los resultados de 34 ensayos que habían evaluado los efectos de la actividad física en pacientes adultos con cáncer. En cada estudio se incluyó un promedio de 93 pacientes que habían padecido cualquiera de estos tumores: demama, próstata, ginecológicos, cáncer colorrectal, gástrico o cáncer de pulmón.
Aspectos de salud
En conjunto, los resultados de la mayoría de estas investigaciones mostraron que, por ejemplo, las pacientes que habían recibido tratamiento para el cáncer de mama y habían realizado una actividad física tuvieron una mejoría en parámetros de salud como el control de la glucemia, el índice de masa corporal (IMC) y el peso, las funciones físicas como la fuerza de las extremidades inferiores, y en aspectos psicológicos como la fatiga, la depresión y la calidad de vida. En aquellos que completaron el tratamiento de otros tipos de cáncer, se observaron mejoras en el IMC, peso, función física, depresión y calidad de vida.
Los autores concluyen que, aunque se necesitan más ensayos, sobre todo en aquellos pacientes con otros tipos de cáncer distintos al de mama, y para determinar sobre la intensidad de la actividad, «la práctica de ejercicio genera un beneficio clínico claro».
Fuente: http://www.abc.es/salud
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